martes, 14 de enero de 2014

Marina

MARINA
Mar armonioso,
mar maravilloso:
tu salada fragancia,
tus colores y músicas sonoras
me dan la sensación divina de mi infancia,
en que suaves las horas
venían en un paso de danza reposada
a dejarme un ensueño o regalo de hada.

Mar armonioso,
mar maravilloso,
de arcadas de diamante en que se rompe en vuelos 
rítmicos que denuncian algún ímpetu oculto, 
espejo de mis vagas ciudades de los cielos
blanco y azul tumulto
de donde brota un canto
inextinguible:
mar paternal, mar santo:
mi alma siente la influencia de tu alma invisible.

Velas de los Colones
y velas de los Vascos,
hostigadas por odios de ciclones
ante la hostilidad de los peñascos:
o galeras de oro,
velas purpúreas de bajeles
que saludaron al mugir del toro
celeste, con Europa sobre el lomo
que salpicaba la revuelta espuma.
Magnífico y sonoro
se oye en las aguas como
un tropel de tropeles,
¡tropel de los tropeles de tritones!
Brazos salen de la onda, suenan vagas canciones, 
brillan piedras preciosas,
mientras en las revueltas extensiones
Venus y el Sol hacen nacer mil rosas.

Rondó de Parías, de Lina Caffarello

Rondó de París

de Lina Caffarello
                                                                                      

París de la Cité profunda y celta,
de isla de Saint Louis,
gótica de Notre-Dame y gárgolas perpetuas.

París, mapa de caracol,
de calles envueltas en llanto de caballos,
con casas coronadas de plomo y caravanas de conductos
que respiran tristes amarillos en la niebla.

París del Montparnasse que ahoga catacumbas.
Del albo Sacré-Coeur en lo alto de Montmartre.
De la Bastille de muros invisibles. 
Del túrbido Saint Jacques. 
De Orsay, andén devenido impresionista.
Del arco iris que eriza el Pompidou.

París de la Étoile,
de Champs-Élysées enfilados hacia el Louvre,
a su glasé de humo y humedad.

París de torre Eiffel, hierro y laberinto,
candelabro hueco que enciende la fiesta noche a noche
para pintar de vida, al fin, la Ciudad Luz.


de Lina Caffarello
del libro "Fuegos en fuga"