miércoles, 28 de mayo de 2014

EL CENTRO DE LA PIEDRA


El agua – compasiva, nueva y justa –
cae con precisión por fin
sobre el lentisco.
Entre su vertical existencia,
la luz secreta y frágil
de un sol primero
mide la masa exacta
de cada ser.
Su claridad acuosa
muestra la intimidad
de lo que nos rodea.

La piedra ocupa el sitio de la piedra.
Como río discurre el río
y los pájaros se guarecen
como pájaros,
hechos ovillos de silencio y espera,
bajo un árbol
que tiene aspecto de árbol.

La humedad de los días invernales
va acercándonos a la transparencia
olvidada del mundo
y nos confirma
las razones del agua
que cae más allá
del centro de la piedra
desnuda.


ONIEVA, FRANCISCO