lunes, 23 de marzo de 2015

HORA QUE FUE, FELIZ Y AUN INCOMPLETA


Hora que fue, feliz y aun incompleta,
nada tiene de mí más todavía,
sino los ojos que la ven vacía,
despojada de mí, de ella sujeta.
La vida no se ve ni se interpreta;
ciega asiste a tener lo que veía.
No es, ya pasada, suyo lo que cría
y ya no goza más lo que sujeta.
Es el eterno gozo quien apura
el ocio vivo y la pasión futura.
Sobreviviendo a su interior abismo,
el amor se obscurece y se suprime,
y mira que la muerte se aproxime
a la vana insistencia de mí mismo.


Jorge Cuesta