martes, 8 de septiembre de 2015

¿Por qué...? -- Soneto imperfecto a modo de oración


¿Por qué en tanta soledad me tienes,
ahora, cuando más te necesito?
¿Por qué, Señor, si yo te llamo a gritos
a socorrerme, presto, Tú no vienes?

¿Estás sordo, Dios mío, es que no sabes
cuánto dolor me aflige y me atormenta?
¿O es que, quizás, no caes en la cuenta
de que existo y te busco? Ya no cabe

más vacío en mi alma. Deshabitada
y en tinieblas está sin tu presencia.
Y la luz de la Fe tengo apagada.

Enciéndela, Señor, no haga tu ausencia
más amarga mi vida y más sombría.
¡Haz de mi noche oscura, un claro día!
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 Alfredo Cortés Camacho