Si la poesía es agua clara,
dulce caricia a los sentidos
quimera y ronda
sueño azul de rima y ritmo,
entonces
ya no soy
poesía.
Pero si es lengua
y sangre,
y grito,
y pozo,
y llamarada.
Si es aquelarre de palabras
que liberan del hechizo,
entonces más que nunca
soy poeta.
Aunque mis versos
no me reconozcan.