viernes, 31 de enero de 2014

Poema de Felix Grande

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He querido expresarme

Toda mi vida he querido expresarme.

No tengo otro destino, otro afán, otra ley.



Fui actos sucesivos

y el olvido que destilaban

los corroía a ellos ya mí.



Sobre los actos fui palabras

y ellas buscaban una lumbre

que no me calentaba a mí.



Palabras y actos juntos

nada son sin placer del cuerpo.



Ahora regreso de esa vida umbría

buscando siempre calor de mujer.

Palabras y actos sólo allí me expresan.



Tu piel junto a mi piel, eso es lenguaje.



Todo cuanto pretenda enmudecerlo

maldito sea.




Felix Grande

jueves, 30 de enero de 2014

En esta hora fluvial

En esta hora fluvial 
hoy no es ayer 
y aún parece muy lejos la mañana

Hay un azoro múltiple
extrañeza
de estar aquí de ser
en un ahora tan feroz
que ni siquiera tiene fecha

¿Son las últimas horas de este ayer
o el instante en qeu se abre
otro mañana?

Se me ha perdido el mundo
y no sé cuándo
comienza el tiempo
de empezar de nuevo

Vamos a ciegas en la oscuridad
Caminamos a oscuras
en el fuego


José Emilio Pacheco


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martes, 28 de enero de 2014

Soledad de la campana de José Emilio Pacheco, autor mexicano

Soledad de la campana

Soledad de la campana.

         Le dice adiós al tañido.
         Último son de su bronce,

flecha ardiente en el silencio.
Vaga en busca de los ecos

        ­pero nadie le contesta.







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domingo, 26 de enero de 2014

El mantel

  EL MANTEL

Tarde gris desapacible,
barre las hojas el viento,
Otoño melancolía,
se ve llegar el Invierno.

Entre cristales  y sentada,
hay una niña cosiendo,
¡ Con qué ilusión da puntadas!
¡Se acerca su casamiento!

Recibió carta del novio,
que mil veces fue leyendo:
" el tiempo tengo contado
para salir a tu encuentro"

¡Qué lentas pasan las horas!
las manillas del reloj,
parece que no se mueven,
cuando estás enamorada
y el amor no está presente.

Bordaba mantel calado,
rosas rojas y hojas verdes,
ya lo tiene casi listo,
entre puntada y puntada,
va bordando algún suspiro.

          Angelita Sevilla.

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sábado, 25 de enero de 2014

Tarde de lluvia










TARDE DE LLUVIA
Esa lluvia serenita,
sin una brizna de aire.
Me encanta andar por la calle.
Mis botas y mi impermeable.

Con mi paraguas abierto,
disfrutando de la tarde,
¡ Cómo me gusta la lluvia!
Más no me gusta mojarme.

Cuando estamos en invierno,
esos días grises me atraen,
lo que no puedo explicar.
¡ Una sensación tan grande!

Bien puede ser una paz,
serenidad o despego,
de las cosas terrenales,
o de otros dulces deseos.

Esos días tristes son,
para mí como un relevo,
dejando las cosas atrás,
con malos y buenos recuerdos.
Disfrutando de la tarde,
¡Cómo me gusta la lluvia!
más no me gusta mojarme.

viernes, 24 de enero de 2014

En el cruce del camino

poesias cortas

En el cruce del camino

Al despuntar de la aurora,
Con su llanto de rocío
Despiertan las mariposas,
Se oye el ruido del río.

Tintineo del ganado,
Pájaros de rama en rama,
Con sus trinos anunciando,
Que ya nació la mañana.

Zagalas y pastorcillos,
En el cruce del camino,
Se encuentran para vivir,
Sus amores, sus idilios,
Olor a tierra mojada,
De lágrimas de rocío.

¡Ay! Quien pudiera tener,
Una pluma de oro fino,
Para poder escribir,
Lo que ven nuestros sentidos.

Angelita Sevilla

jueves, 23 de enero de 2014

Angelita Sevilla Peregrino


  PEREGRINO

En un pueblo me crié,
bendita tierra la mía,
Cadiz "tacita de plata",
de la baja Andalucía.

Me parece que en los pueblos,
hay mas cosas que contar,
que si vives en ciudades,
incluso en la capital.

Venían los peregrinos,
con esos sayones largos,
con una cruz en la mano,
en el pecho bien visible
llevaba un escapulario.

Se paraban en las plazas,
incluso en la calle abierta,
todo el pueblo iba corriendo,
a ver lo que aquel decía,
y con voz potente y clara,
empieza su letanía:

"Peregrino,sigue el camino,
no temáis a nadie.......
Todo cristiano debemos ,
confesar y comulgar,
para ganar el cielo, Dominé.

Aquel hombre impresionaba,
con las barbas que tenía,
alto, muy alto, tieso muy tieso.
tocaba una campanilla,
para empezar con sus rezos.

Todo lo decía cantando
con exagerados gestos,
nadie se reía de él
Era una figura nueva
Los niños juegan a eso
en el recreo de la escuela

Nos dejó su testimonio
con una vida ejemplar
( lo que él entendería)
en su largo caminar

Estos son cosas curiosas
que me gusta recordar....
sería una de esas niñas,
que también iba a escuchar,
sino como recordar
sin faltar ningún detalle.
lo que acabo de contar,
vivido en la propia calle

Angelita Sevilla.



miércoles, 22 de enero de 2014

Higos chumbos

Higos chumbos

En mi pueblo había un hombre,
que se llamaba Rivera,
y pregonaba los chumbos
con gracia, de esta manera:
gordos y frescos los tengo;
gordos y frescos.

A eso de la media noche,
estaban tomando el "fresco"
mi madre con sus vecinas
hacían sus reuniones...
contaban chistes, reían...

"Anda! baja por los chumbos
que Rivera está en la esquina!
en esto daban las doce
que se oían muy claritas
en el reloj de la torre.

Los Barrios era un hervidero,
de calor que hacia de noche.
Yo bajaba por los chumbos,
escogiendo los mejores:
cortame este Rivera..? este otro,
no me importaba el que fuera.

Le cortaba la corona...
Ya lo había destronado!
con una rajita en medio
y cortado por los lados.

Tenía gran maestria...
y te ofrecia aquel chumbo,
con orgullo y simpatia.
"este es el mejor del mundo".

Son recuerdos agradables,
que vienen a mi memoria.
recuerdos de tantas cosas...!
las vueltas que da la noria!

Angelita Sevilla.

martes, 21 de enero de 2014

Angelita Sevilla, La mantilla


LA MANTILLA ESPAÑOLA


Con su "mundillo" en las piernas,
agilidad en sus manos
va tejiendo con destreza,
filigrana en sus hilados.

El tintín de sus bolillos
con movimientos ligeros,
van cruzándose los hilos,
tan aprisa tan aprisa
que no se le ven los dedos.

Parece que va enredando...
todo es un puro enredo
así una hora tras otra,
va tejiendo con esmero,
una mantilla española.

Embellece a la mujer,
y la transforma en "Manola"
La luce con elegancia
con finura y con donaire,
va diciendo "aquí voy yo"
cuando pasa por la calle.

O en una tarde de toros
con sus clavelones rojos,
en procesiones y en todo
acontecimiento,
poniendo el broche de oro.

La prenda por excelencia,
con que la mujer se adorna,
con majestad y presencia
es la MANTILLA ESPAÑOLA

Angelita Sevilla.

lunes, 20 de enero de 2014

Quédate en mi





Ya no luches contigo 
guerrero trashumante 
Quédate en mí 

Escucha la canción 
que susurran mis manos y mis senos 

Aprisiona la ternura 
Apacigua mi arena 
ansiosa de mar
Autor del poema: María Clara González blancura súbita,
las ojeras violáceas de unos ojos marchitos,
María Clara González las





domingo, 19 de enero de 2014

Mi sonrisa y mis problemas

Mi sonrisa y mis problemas


Con mis problemas me voy,
con mis problemas me quedo,
los problemas se me quedan,
enredado entre los dedos.

Sin poder solucionarlos,
yo camino por la vida,
saberlo no me preocupa,
ni me quita la sonrisa.

La máscara llevo puesta,
cuando salgo de mi casa,
a la gente le sonrío,
sin saber que es otra cara.

En este mundo de Dios,
todos tienen sus problemas,
y no los voy a amargar,
contándole yo mis penas.

Con mis alegrias voy,
con mis alegrias me quedo,
las alegrias se me escapan
de entre mis delgados dedos.

Angelita Sevilla

sábado, 18 de enero de 2014

Canción de la mujer astuta

Canción de la mujer astuta 

Cada rítmica luna que pasa soy llamada,
por los números graves de Dios, a dar mi vida
en otra vida: mezcla de tinta azul teñida;
la misma extraña mezcla con que ha sido amasada.

Y a través de mi carne, miserable y cansada,
filtra un cálido viento de tierra prometida,
y bebe, dulce aroma, mi nariz dilatada
a la selva exultante y a la rama nutrida.

Un engañoso canto de sirena me cantas,
  ¡naturaleza astuta! Me atraes y me encantas
para cargarme luego de alguna humana fruta.

Engaño por engaño: mi belleza se esquiva
al llamado solemne; de esta fiebre viva,
algún amor estéril y de paso, disfruta


Alfonsina Storni


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viernes, 17 de enero de 2014

Amanecer

poesia corta 

colombia

Místicas noches bajo tu luz
hermosa mujer
el silencio mas profundo nos lleva al placer
amor y caricias irradian nuestro ser
tu y yo juntos hasta el amanecer

R.C


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jueves, 16 de enero de 2014

Adios de Gabriela Mistral

Adiós 

En costa lejana
y en mar de Pasión,
dijimos adioses
sin decir adiós.
Y no fue verdad
la alucinación.
Ni tú la creíste
ni la creo yo,
«y es cierto y no es cierto»
como en la canción.
Que yendo hacia el Sur
diciendo iba yo:
«Vamos hacia el mar
que devora al Sol».
Y yendo hacia el Norte
decía tu voz:
«Vamos a ver juntos
donde se hace el Sol».
Ni por juego digas
o exageración
que nos separaron
tierra y mar, que son
ella, sueño y el
alucinación.
No te digas solo
ni pida tu voz
albergue para uno
al albergador.
Echarás la sombra
que siempre se echó,
morderás la duna
con paso de dos…
Para que ninguno,
ni hombre ni dios,
nos llame partidos
como luna y sol;
para que ni roca
ni viento errador,
ni río con vado
ni árbol sombreador,
aprendan y digan
mentira o error
del Sur y del Norte,
del uno y del dos!


de Gabriela Mistral


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miércoles, 15 de enero de 2014

Bar de Maurice Echeverría

Bar 

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Es esa frontera, eso insalvable
en los pliegues,
en las cavernas,
en los sitios extenuados
de la sola nostalgia.
  Hoy es la cansada carne y su fisura,
  la proporción hechizada de la noche,
la abundancia negra de mis dientes.
Cansado de robarle las uñas a la nada,
  veo las manzanas rotas,
veo lo blanco y lo negro,
veo quieto otro minuto amarillo.
Ya lo demás es una gaseosa
de significantes,
una imprecisión
que se derrumba antes,
a la hora tremenda del hielo.
Yo, penumbra pobre,
aliento de sinuosidades,
compruebo el gemido,
el veneno estruendoso de mi dicha
de vidrio.
Caballos rojos golpean
el cuerpo del bar,
la substancia quizá de este delirio.

Hoy un perro negro me aguarda
a la salida del suelo,
y los recipientes de luna
ya vienen heridos, ya lastiamdas
las conchas negras de alcohol
aproximado.
Compruebo mi bautizado dolor
de pies innumerables.
  Es tanta la tentación
de tirarse al espejo,
el deseo de entrar a la almohada…
  No quiero excavar más
  en el fango de esa foto,
en la encía de los meseros pornográficos,
en otro bigote de baladas vomitadas.
Me gustarái mostrar mi piedra,
hoy parda pieda aprisionada
en la clara garganta del vaso.
Pero eta luz inaudible de besos
pisoteados
obscurece el sentido de esta noche,
su definición verdadera,
mientras sin duda alguien tose,
atrás tose otro estremcido,
y otro niño lento
escoge su muerte.


martes, 14 de enero de 2014

Marina

MARINA
Mar armonioso,
mar maravilloso:
tu salada fragancia,
tus colores y músicas sonoras
me dan la sensación divina de mi infancia,
en que suaves las horas
venían en un paso de danza reposada
a dejarme un ensueño o regalo de hada.

Mar armonioso,
mar maravilloso,
de arcadas de diamante en que se rompe en vuelos 
rítmicos que denuncian algún ímpetu oculto, 
espejo de mis vagas ciudades de los cielos
blanco y azul tumulto
de donde brota un canto
inextinguible:
mar paternal, mar santo:
mi alma siente la influencia de tu alma invisible.

Velas de los Colones
y velas de los Vascos,
hostigadas por odios de ciclones
ante la hostilidad de los peñascos:
o galeras de oro,
velas purpúreas de bajeles
que saludaron al mugir del toro
celeste, con Europa sobre el lomo
que salpicaba la revuelta espuma.
Magnífico y sonoro
se oye en las aguas como
un tropel de tropeles,
¡tropel de los tropeles de tritones!
Brazos salen de la onda, suenan vagas canciones, 
brillan piedras preciosas,
mientras en las revueltas extensiones
Venus y el Sol hacen nacer mil rosas.

Rondó de Parías, de Lina Caffarello

Rondó de París

de Lina Caffarello
                                                                                      

París de la Cité profunda y celta,
de isla de Saint Louis,
gótica de Notre-Dame y gárgolas perpetuas.

París, mapa de caracol,
de calles envueltas en llanto de caballos,
con casas coronadas de plomo y caravanas de conductos
que respiran tristes amarillos en la niebla.

París del Montparnasse que ahoga catacumbas.
Del albo Sacré-Coeur en lo alto de Montmartre.
De la Bastille de muros invisibles. 
Del túrbido Saint Jacques. 
De Orsay, andén devenido impresionista.
Del arco iris que eriza el Pompidou.

París de la Étoile,
de Champs-Élysées enfilados hacia el Louvre,
a su glasé de humo y humedad.

París de torre Eiffel, hierro y laberinto,
candelabro hueco que enciende la fiesta noche a noche
para pintar de vida, al fin, la Ciudad Luz.


de Lina Caffarello
del libro "Fuegos en fuga" 


sábado, 11 de enero de 2014

Anticipo

 Luz Méndez de la Vega



Porque eres viajero
mi amor siempre tiene
dolor de adioses.

Un día te irás.
Pasajero huésped,
te esconderán otras caras,
otros nombres
y otros brazos.

Una postal vendrá
desde remotos paisajes
Retratos tuyos me traerán
un eco de tu mirada azul
que temblará en mis manos.

Te irás porque eres marino
perseguidor de horizontes
en tu alucinada brújula
de nortes imposibles.
Te irás y lo nuestro
será sueño y olvido.

Por eso
no me preguntes,
ahora
por qué mi amor
siempre tiene
dolor de adioses…

viernes, 10 de enero de 2014

Lina Caffarello Buenos Aires

LINA CAFFARELLO
Buenos Aires - Argentina


                                                                            OPHIR

                                  Aquí estoy, Ophir, en estos pedregosos páramos
                                  donde alguna vez alzaste tu ciudad perdida.
                                  Aquí, donde el sol iluminaba tus prodigios
                                  y la luna brillaba poderosa, enorme,
                                  como un enorme gong de plata.

                                  El viento del destino ya no agita túnicas de seda,
                                  ni ahonda silbos entre vasijas de oro,
                                  ni remonta el pregón de mercaderes de manjares y    de vino.

                                  No te asombres, Ophir.
                                  Quién mejor que tú para saber
                                  que el vino corre hasta que se secan los viñedos,
                                  y que el fulgor de ajorcas de oro y cascabeles
                                  termina por encandilar la vista de los elefantes
                                  que, ciegos, destrozan las praderas.

                                  ¡Ah, Ophir!
                                  De nada han servido las loas del Sumo Sacerdote,
                                  ni los cánticos virginales de sacerdotisas,
                                  ni sacrificios sagrados ofrecidos a los dioses.

                                  Y nada ha quedado, Ophir.
                                  Sólo piedras repetidas en el fuego de los siglos.

jueves, 9 de enero de 2014

Agua, vida y tierra

 de Julia de Burgos


Yo fui estallido fuerte de la selva y el río,
y voz entre dos ecos, me levanté en las cuestas.
De un lado me estiraban las manos de las aguas,
y del otro, prendíanme sus raíces las sierras.
  Cuando mi río subía su caricia silvestre
  en aventuras locas con el rocío y la niebla,
con el mismo amor loco que impulsaba mi sueño,
lejos de sorprenderlo, me hospedaba en las sierras.
Pero si alguna sombra le bajaba a los ojos,
me repetía en sus aguas hasta dar en la arena,
  y era mi grito nuevo como un tajo en el monte
que anegaba las calles y golpeaba las puertas.
A veces la montaña se me vestía de flores
e iniciaba en mi talle curvas de primavera.
Quién sabe en qué mañana se apretaron mis años
sobre senos y muslos y caderas de piedra!
Se treparon mis ojos al rostro de los árboles
y fueron mariposas sus vivas compañeras:
así es como en los prados voy buscando las flores,
y alas pido en las almas que a mi vida se acercan.
Mis dedos arañaron la fuerza de los riscos,
y juraron ser índices de mis futuras vueltas;
por eso entre los cuerpos doblados de los hombres,
como puntales puros de orientación se elevan.
Yo fui estallido fuerte de la sierra y el río,
y crecí amando el río e imitando la sierra…
Una mañana el aire me sorprendió en el llano:
ya mi raíz salvaje se soltaba las riendas!
Pálidas ceremonias saludaron mi vida,
y una fila de voces reclamaron la prenda…
Mis labios continuaron el rumor de las fuentes
donde entrañé mis años y abastecí las venas.
De ahí mi voz de ahora, blanca sobre el lenguaje,
se tiende por el mundo como la dio la tierra!




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domingo, 5 de enero de 2014

Graciela Wencelblat

Las luces se atenúan
los ruidos los murmullos.
Nada sostiene lo que fue.

Lo mejor está hecho
lo peor dicho.
Una ventana entreabierta
en la que se posa el pájaro azul.

Ella atraviesa el aire
se perfuma con la lejanía.
Fugaz, entierra en su pollera
una lágrima:
                                    entra en la noche.

de Graciela Wencelblat, Argentina

viernes, 3 de enero de 2014

En la danza del fuego

EN LA DANZA DEL FUEGO


Ah, fuego del amor,
que me llamas a tu hoguera…,
ay, fuego de la vida…
¿Qué condición habita en nuestro seno
que hace que palpitemos por otro corazón
como la llama ardiente que salta y que calcina,
como la brasa roja que si tocas te quema?

Y qué temblor de rama…,
y qué furor de ortiga…,
y qué dulzor de tierra desmayada,
de flor que se abre con el beso
fragante y generoso del rocío…

Ven a mi lecho, amor,
gocemos de los dones que nos presta la vida…,
salte mi corazón cuando te sienta cerca,
pegada a mí, como otra piel
que envuelve con su tibia
caricia la soledad de mi alma.

A nada he de temer. La vida se me inflama
y yo soy ascua que arde,
que late, que se enciende
cuando mi ser te ama…

jueves, 2 de enero de 2014

Hay Sol de Marta Rotonda

Hay sol. Pero un sol frío 
de invierno imperturbable
que cae en desmayo
sobre las hojas ateridas
y vuelve afónico el arrullar de palomas.
Hay un algo de eternidad
en este silencio ensimismado
y la sospecha
de una deidad que medita.
Recto el sendero de los ojos hacia el cielo
herencia única del hombre
atravesando el tiempo.
Nos habita la ignorancia del misterio
aunque traiga el viento su mensaje
o mascullen las runas en las piedras 
o recuperen los héroes su voz en la epopeya.
Hay un sol sin nubes en el cielo azul.
La misma mirada
de ojos en el cielo sucesivos 
habrá descubierto lo inefable
en esta momentánea quietud de lo cambiante.

de Marta Rotonda, Buenos Aires, Argentina

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miércoles, 1 de enero de 2014

Llévame, de Cristina Berbari