miércoles, 6 de junio de 2018

Adolfo Burriel Hablan las rosas rotas

Hablan las rosas rotas...
Hablan las rosas rotas
de la noche terrible,
callan las mariposas quietas
su tristeza de ocaso,

ay la distancia al sur
que disfraza los ríos
y el océano,

la oquedad del alma
bañada por las sombras
del retorno,

la dulzura invisible
de la fragilidad
del ave.
 
(Y el viaje se detiene
en el frío temblor de las espaldas
negras del hombre).

De "La memoria es el viaje" Ediciones Vitruvio, 2007



Rosal menos presunción Quevedo

Rosal, menos presunción,
donde están las clavellinas,
pues serán mañana espinas
las que ahora rosas son.
¿De qué sirve presumir,
rosal, de buen parecer,
si aún no acabas de nacer
cuando empiezas a morir?
Hace llorar y reír
vivo y muerto tu arrebol,
en un día o en un sol;
desde el oriente al ocaso
va tu hermosura en un paso,
y en menos tu perfección.
Rosal, menos presunción, etc… …
No es muy grande la ventaja
que tu calidad mejora:
si es tu mantilla la aurora,
es la noche tu mortaja:
no hay florecilla tan baja
que no te alcance de días,
y de tus caballerías,
por descendiente del alba,
se está riendo la malva,
caballera de un terrón.