martes, 30 de junio de 2015

Miguel Arteche

    Vagabundos en la noche

      Te llama el sur esta noche, te llama como nunca
      El corazón secreto de la lluvia, te llama un perfume
      Dejado en la distancia y que regresa ahora.
      ¿Hay algo para el cuerpo que espera con nostalgia,
      Algo para su sed, para el canto que escapa;
      Hay algo, viene algo por el cielo, no oculta la cordillera
      Nuestra pregunta insomne, no guarda su pecho oscuro
      La respuesta a ese tiempo que desde el mar avanza? 

      ¿Es eso lo que recuerdas, es ese ser oculto que por las calles canta,
      Es ese vagabundo que duerme en la basura,
      Con los zapatos rotos y la cara hacia el cielo,
      En una horrible mueca?
      ¿Es eso lo que recuerdas, es eso que por las ramas
      Insiste en la primavera:
      La joven esposa muerta, la huella de los hombres
      En el parque mojado? ¿Era eso en la noche,
      Eran las luces secas de brillos petrificados
      En las calles del lujo? 

      Para ti, tierra, las vidas de los hombres solitarios,
      Los niños harapientos jugando entre la lluvia,
      Los nombres, las fechas y las personas muertas;
      Para ti las tormentas, las colinas purpúreas,
      Las castañas en duros zurrones afilados,
      Las lámparas en grandes
      Habitaciones, los vientos,
      Los vientos sobre plazas desiertas,
      Mientras las hojas secas en el sediento asfalto
      Acumulan la futura lluvia que aparece. 

      Es cierto: porque cuando pasas sobre la noche;
      Cuando, sigilosamente, aparece la lluvia,
      Y recuerdo los seres que pasaron,
      El calor de unas sienes doradas por el vino;
      Cuando cruza el otoño -rojo de furia triste-
      Por semáforos, autobuses, tiernas escalinatas,
      ¿Hay algo en esa cara que interroga hacia el aire
      De un día que soporta otro día lejano? 

      Para aquellos las luces llenas de terciopelo,
      Las sibilinas voces de perfumes, las vagas
      Promesas de placer en cálidos recintos;
      Para ellos las noches de promesas ocultas,
      Las estampas de un invierno pasado,
      El entierro lejano, el humo
      Sobre el parque. Papeles enloquecidos
      Caen hacia un otoño rabioso que se acerca.
      Están sobre los puentes acumulando angustia,
      El agua tiene secos reflejos afiebrados,
      Sus ojos se adormecen, fiebre y frío penetran
      Los ansiados retornos que por el río pasan. 

      ¿Qué han perdido en las noches,
      En la esquina poblada qué interrogan sus caras?
      Hablan del mar cercano (el viento se estremece,
      El viento cruza y pasa) y apretados esperan
      Un ayer imposible para un futuro incierto. 

      Tierra, tierra sobre deseos, sobre puentes y ramas,
      Sobre arenas desiertas, sobre pasos que mueren,
      ¿Qué buscas, qué esperas
      Para alcanzar un rostro, un harapo, una mano quemada
      Por la moneda avara? ¿Es que esperas sus muertes
      En la noche, sólo sus vidas hoscas
      Consumidas sin haber conocido
      El hueco de un calor,
      El sueño sin temores, el alba
      Por fin mágica y buena?

domingo, 28 de junio de 2015

Considérate failliz


Considérate feliz
por gozar de su existencia
curada de sueños falsos
y vigilias verdaderas

Considérate feliz
por tener a esa mujer
que tus labios azucara
con su boca confitada

Considérate feliz
cuando ella ilumina
la sombra escondida
en tu vida oscura.

Oscar Araiza



sábado, 27 de junio de 2015

EL SEMBRADOR DE ESTRELLAS


Y pasarás, y al verte se dirán: "¿Qué camino
va siguiendo el sonámbulo?...." Desatento al murmullo
irás, al aire suelta la túnica de lino,
la túnica albeante de desdén y de orgullo.
Irán acompañándote apenas unas pocas
almas hechas de ensueño. . . .Mas al fin de la selva,
al ver ante sus ojos el murallón de rocas,
dirán amedrentadas: "Esperemos que vuelva."
Y treparás tú solo los agrietados senderos;
vendrá luego el fantástico desfile de paisajes,
y llegarás tú solo a descorrer celajes
allá donde las cumbres besan a los luceros.
Bajarás lentamente una noche de luna
enferma, de dolientes penumbras misteriosas,
sosteniendo tus manos y regando una a una,
con un gesto de dádiva, las lumínicas rosas.
Y mirarán absortos el claror de tus huellas,
y clamará la jerga de aquel montón humano:
"Es un ladrón de estrellas..." Y tu pródiga mano
seguirá por la vida desparramando estrellas. . . .




viernes, 26 de junio de 2015

EL TORBELLINO, Amado Nervo


»Espíritu que naufraga
en medio de un torbellino,
porque manda mi destino
que lo que no quiero haga;
»frente al empuje brutal
de mi terrible pasión,
le pregunto a mi razón
dónde están el bien y el mal;
»quién se equivoca, quién yerra;
la conciencia, que me grita:
¡Resiste!, llena de cuita,
o el titán que me echa en tierra.
»Si no es mío el movimiento
gigante que me ha vencido,
¿por qué, después de caído,
me acosa el remordimiento?
»La peña que fue de cuajo
arrancada y que se abisma,
no se pregunta a sí misma
por qué cayó tan abajo;
»mientras que yo, ¡miserable!,
si combato, soy vencido,
y si caigo, ya caído
aún me encuentro culpable,
»¡y en el fondo de mi mal,
ni el triste consuelo siento
de que mi derrumbamiento
fue necesario y fatal!»
Así, lleno de ansiedad
un hermano me decía,
y yo le oí con piedad,
pensando en la vanidad
de toda filosofía...,
y clamé, después de oír
«¡Oh, mi sabio no saber,
mi elocuente no argüir,
mi regalado sufrir,
mi ganancioso perder!»



jueves, 25 de junio de 2015

Evaristo Ribera Chevremont

LA PALABRA


Palabra que te niegas a mi empeño;
palabra esquiva, más ardiente y pura,
cede al milagro de mi antiguo sueño
y entrégame tu amor y tu hermosura.
Yo sé que eres resumen y diseño.
Yo sé que eres espíritu y figura,
y que, si al dios de tu metal desdeño,
nunca podré tener tu arquitectura.
Sé para mí columna y también arco.
Sé para mí la flecha que del arco
hacia la luz del infinito parte.


Sé, por dominio creador, la cima
en la que, por empuje de la rima,
he de gozar la excelsitud del arte.


miércoles, 24 de junio de 2015

¡Qué tristeza tan honda en el paisaje!



¡Qué tristeza tan honda en el paisaje!
Del Norte frío al destructor aliento
suspendióse en el campo el movimiento
y gimieron los troncos y el ramaje.

Ya no hay nidos, ni cantos, ni follaje,
no se escucha un murmurio ni un acento
y apenas, junto al lago tremulento,
se oye graznar al ánade salvaje.

En las regiones de Aquilón desata
su furia y con fragor se precipita,
sin cesar, sin cesar escarcha y llueve;

mientras inmensamente se dilata
desesperante, trágica, infinita,
la sepulcral blancura de la nieve.



Si tan helada soledad impera
en el mar, en la tierra y en el cielo,
si ya no corre el límpido arroyuelo
ni se mece el rosal en la pradera,

¡ah! no pensemos que la vida muera:
amortajada con su blanco velo,
bajo la opaca crústula del hielo
una inmortal resurrección espera.

Mas ¿quien puede escuchar las misteriosas
voces que eleva en místico murmullo
el más alto seno de las cosas?

Nada sucumbe: el escondido germen,
la crisálida envuelta en su capullo,
la célula y el grano... ¡todos duermen!


Manuel José Othón



martes, 23 de junio de 2015

Fernando García-Ramos




Que libre campo es el mar.
nadie lo asurca ni siembra,
ni tiene majanos blancos,
ni tiene lindes ni cercas.
Fruto es el peje en la barca,
si el campesino lo pesca;
hay que adentrarse sin miedo,
hay que meterse en la brega,
hay que bogar duramente
contra el viento y la marea,
bajo el sol que no perdona,
bajo la noche sin tregua.


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domingo, 21 de junio de 2015

SENTADO SOBRE LOS MUERTOS


Sentado sobre los muertos
que se han callado en dos meses,
beso zapatos vacíos
y empuño rabiosamente
la mano del corazón
y el alma que lo mantiene.

Que mi voz suba a los montes
y baje a la tierra y truene,
eso pide mi garganta
desde ahora y desde siempre.

Acércate a mi clamor,
pueblo de mi misma leche,
árbol que con tus raíces
encarcelado me tienes,
que aquí estoy yo para amarte
y estoy para defenderte
con la sangre y con la boca
como dos fusiles fieles.

Si yo salí de la tierra,
si yo he nacido de un vientre
desdichado y con pobreza,
no fue sino para hacerme
ruiseñor de las desdichas,
eco de la mala suerte,
y cantar y repetir
a quien escucharme debe
cuanto a penas, cuanto a pobres,
cuanto a tierra se refiere.

Ayer amaneció el pueblo
desnudo y sin qué ponerse,
hambriento y sin qué comer,
el día de hoy amanece
justamente aborrascado
y sangriento justamente.
En su mano los fusiles
leones quieren volverse
para acabar con las fieras
que lo han sido tantas veces.

Aunque le falten las armas,
pueblo de cien mil poderes,
no desfallezcan tus huesos,
castiga a quien te malhiere
mientras que te queden puños,
uñas, saliva, y te queden
corazón, entrañas, tripas,
cosas de varón y dientes.
Bravo como el viento bravo,
leve como el aire leve,
asesina al que asesina,
aborrece al que aborrece
la paz de tu corazón
y el vientre de tus mujeres.
No te hieran por la espalda,
vive cara a cara y muere
con el pecho ante las balas,
ancho como las paredes.

Canto con la voz de luto,
pueblo de mí, por tus héroes:
tus ansias como las mías,
tus desventuras que tienen
del mismo metal el llanto,
las penas del mismo temple,
y de la misma madera
tu pensamiento y mi frente,
tu corazón y mi sangre,
tu dolor y mis laureles.
Antemuro de la nada
esta vida me parece.

Aquí estoy para vivir
mientras el alma me suene,
y aquí estoy para morir,
cuando la hora me llegue,
en los veneros del pueblo
desde ahora y desde siempre.
Varios tragos es la vida
y un solo trago es la muerte.




Miguel Hernandez



viernes, 19 de junio de 2015

Considérate feliz

Considérate feliz
por gozar de su existencia
curada de sueños falsos
y vigilias verdaderas

Considérate feliz
por tener a esa mujer
que tus labios azucará
con su boca confitada

Considérate feliz
cuando ella ilumina
la sombra escondida
en tu vida oscura.

Oscar Araiza


jueves, 18 de junio de 2015

Rima i

Yo sé un himno gigante y extraño
que anuncia en la noche del alma una aurora,
y estas páginas son de ese himno
cadencias que el aire dilata en las sombras. 
Yo quisiera escribirle, del hombre
domando el rebelde, mezquino idioma,
con palabras que fuesen a un tiempo
suspiros y risas, colores y notas. 
Pero en vano es luchar, que no hay cifra
capaz de encerrarle; y apenas, ¡oh, hermosa!,
si, teniendo en mis manos las tuyas,
pudiera, al oído, cantártelo a solas.


Gustavo Adolfo Bezquer


miércoles, 17 de junio de 2015

A GLORIA Salvador Diaz Mirón


No intentes convencerme de torpeza
con los delirios de tu mente loca:
mi razón es al par luz y firmeza,
firmeza y luz como el cristal de roca.
Semejante al nocturno peregrino,
mi esperanza inmortal no mira el suelo;
no viendo más que sombra en el camino,
sólo contempla el esplendor del cielo.
Vanas son las imágenes que entraña
tu espíritu infantil, santuario oscuro.
Tu numen, como el oro en la montaña,
es virginal y, por lo mismo, impuro.
A través de este vórtice que crispa,
y ávido de brillar, vuelo o me arrastro,
oruga enamorada de una chispa
o águila seducida por un astro.
Inútil es que con tenaz murmullo
exageres el lance en que me enredo:
yo soy altivo, y el que alienta orgullo
lleva un broquel impenetrable al miedo.
Fiando en el instinto que me empuja,
desprecio los peligros que señalas.
"El ave canta aunque la rama cruja:
como que sabe lo que son sus alas."
Erguido bajo el golpe en la porfía,
me siento superior a la victoria.
Tengo fe en mí; la adversidad podría,
quitarme el triunfo, pero no la gloria.
¡Deja que me persigan los abyectos!
¡Quiero atraer la envidia aunque me abrume!
La flor en que se posan los insectos
es rica de matiz y de perfume.
El mal es el teatro en cuyo foro
la virtud, esa trágica, descuella;
es la sibila de palabra de oro,
la sombra que hace resaltar la estrella.
¡Alumbrar es arder! ¡Estro encendido
será el fuego voraz que me consuma!
La perla brota del molusco herido
y Venus nace de la amarga espuma.
Los claros timbres de que estoy ufano
han de salir de la calumnia ilesos.
Hay plumajes que cruzan el pantano
y no se manchan... ¡Mi plumaje es de esos!
¡Fuerza es que sufra mi pasión! La palma
crece en la orilla que el oleaje azota.
El mérito es el náufrago del alma:
¡vivo, se hunde; pero muerto, flota!
¡Depón el ceño y que tu voz me arrulle!
¡Consuela el corazón del que te ama!
¡Dios dijo al agua del torrente: bulle!;
¡y al río de la margen: embalsama!
Confórmate, mujer! Hemos venido
a este valle de lágrimas que abate,
tú, como la paloma, para el nido,
y yo, como el león, para el combate.




viernes, 12 de junio de 2015

Desamor Angelita Sevilla

DESAMOR


No sé porqué no me amas,
No sé porqué no me quieres,
no me lo digas así,
sabiendo como me hieres.

Desde niño nos quisimos,
era un amor verdadero,
no te das cuenta chiquillo
que por tu querer me muero.

Qué ha pasado entre los dos?
no lo acierto a comprender,
has dejado de quererme...
¿Es que existe otra mujer?

Con ingratitud me pagas,
lo mucho que te he querido,
que no te paguen a ti
como tú has hecho conmigo
Angelita Sevilla



jueves, 11 de junio de 2015

A LA QUE VA CONMIGO


Iremos por la vida como dos pajarillos
que van en pos de rubias espigas, y hablaremos
de sutiles encantos y de goces supremos
con ingenuas palabras y diálogos sencillos.
Cambiaremos sonrisas con la hermana violeta
que atisba tras la verde y oscura celosía,
y aplaudiremos ambos la célica armonía
del amigo sinsonte que es músico y poeta.
Daremos a las nubes que circundan los flancos
de las altas montañas nuestro saludo atento,
y veremos cuál corren al impulso del viento
como un tropel medroso de corderillos blancos.
Oiremos cómo el bosque se puebla de rumores,
de misteriosos cantos y de voces extrañas;
y veremos cuál tejen las pacientes arañas
sus telas impalpables con los siete colores.
Iremos por la vida confundidos en ella,
sin nada que conturbe la silenciosa calma,
y el alma de las cosas será nuestra propia alma,
y nuestro propio salmo el salmo de la estrella.
Y un día, cuando el ojo penetrante e inquieto
sepa mirar muy hondo, y el anhelante oído
sepa escuchar las voces de los desconocido,
se abrirá a nuestras almas el profundo secreto.


Enrique Gonzalez Martinez


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miércoles, 10 de junio de 2015

LEOPOLDO LUGONES

 PIANO

Un poco de cielo y un poco de lago
donde pesca estrellas el grácil bambú,
y al fondo del parque, como íntimo halago,
la noche que mira como miras tú.

Florece en los lirios de tu poesía
la cándida luna que sale del mar,
y en flébil delirio de azul melodía,
te infunde una vaga congoja de amar.

Los dulces suspiros que tu alma perfuman
te dan, como a ella, celeste ascensión.
La noche.... tus ojos.... un poco de Schuman...
y mis manos llenas de tu corazón.

     PRIMER VIOLÍN

Largamente, hasta tu pie
se azula el mar ya desierto,
y la luna es de oro muerto
en la tarde rosa té.

Al soslayo de la luna
recio el gigante trabaja,
susurrándote en voz baja
los ensueños de la luna.

Y en lenta palpitación,
más grave ya con la sombra,
viene a tenderte de alfombra
su melena de león.



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domingo, 7 de junio de 2015

Rubén Dario PROGRAMA MATINAL



¡Claras horas de la mañana
en que mil clarines de oro
dicen la divina diana!
¡Salve al celeste Sol sonoro!

En la angustia de la ignorancia
de lo porvenir, saludemos
la barca llena de fragancia
que tiene de marfil los remos.

Epicúreos o soñadores,
amemos la gloriosa Vida,
siempre coronados de flores
¡Y siempre la antorcha encendida!

Exprimamos de los racimos
de nuestra vida transitoria
los placeres por que vivimos
y los champañas de la gloria.

Devanemos de amor los hilos, 
hagamos, porque es bello, el bien,
y después durmamos tranquilos
y por siempre jamás. Amén.



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sábado, 6 de junio de 2015

Los Naranjos



Perdiéronse las neblinas
En los picos de la sierra,
Y el sol derrama en la tierra
Su torrente abrasador.
Y se derriten las perlas
Del argentado rocío,
En las adelfas del río
Y en los naranjos en flor.
Del mamey el duro tronco
Picotea el carpintero,
Y en el frondoso manguero
Canta su amor el turpial;
Y buscan miel las abejas
En las piñas olorosas,
Y pueblan las mariposas
El florido cafetal.
Deja el baño, amada mía,
Sal de la onda bullidora;
Desde que alumbró la aurora
Jugueteas loca allí.
¿Acaso el genio que habita
De ese río en los cristales,
Te brinda delicias tales
Que lo prefieres a mí?
¡Ingrata! ¿por qué riendo
Te apartas de la ribera?
Ven pronto, que ya te espera
Palpitando el corazón
¿No ves que todo se agita,
Todo despierta y florece?
¿No ves que todo enardece
Mi deseo y mi pasión?
En los verdes tamarindos
Se requiebran las palomas,
Y en el nardo los aromas
A beber las brisas van.
¿Tu corazón, por ventura,
Esa sed de amor no siente,
Que así se muestra inclemente
A mi dulce y tierno afán?
¡Ah, no! perdona, bien mío;
Cedes al fin a mi ruego;
Y de la pasión el fuego
Miro en tus ojos lucir.
Ven, que tu amor, virgen bella,
Néctar es para mi alma;
Sin él, que mi pena calma,
¿Cómo pudiera vivir?
Ven y estréchame, no apartes
Ya tus brazos de mi cuello,
No ocultes el rostro bello
Tímida huyendo de mí.
Oprímanse nuestros labios
En un beso eterno, ardiente,
Y transcurran dulcemente
Lentas las horas así.
En los verdes tamarindos
Enmudecen las palomas;
En los nardos no hay aromas
Para los ambientes ya.
Tú languideces; tus ojos
Ha cerrado la fatiga
Y tu seno, dulce amiga,
Estremeciéndose está.
En la ribera del río,
Todo se agosta y desmaya;
Las adelfas de la playa
Se adormecen de calor.
Voy el reposo a brindarte
De trébol en esta alfombra
De los naranjos en flor.

Garcia Altamirano




jueves, 4 de junio de 2015

¿ Dónde están los niños ?

PREGUNTO
He visto las mismas bombas que astillaron Bagdad
como una antigua magnífica cerámica
caer con su bramido de roja singladura
sobre Beirut.
¿Es verdad que el miedo se espesa
hasta hacer coraza de la piel ardida?

¿Cuánta muerte, Andrés, amigo mío,
significa Israel partida por la rabia?
¿Se puede medir la gravedad del miedo,
la profundidad de la sangre?
¿Cómo se dice: ¡Basta! para que se entienda?

¡Cuántos muertos sin muerte en los refugios
donde también se apilan desmemorias!

¿Es verdad que en Beirut las calles
conducen sólo a una gran tumba abierta?

¿Dónde están los niños?
¿Han sobrevivido las muchachas que resplandecían
detrás de los inmensos ojos negros?
¿Va de cadáver en cadáver la poesía
que abrió las ventanas del Líbano
a paisajes de andamios y de pájaros?

¿Dónde esta los niños?
¡Dónde!
¡Dónde están los niños!

Generales, mercaderes de armas, traficantes
de banderas, secuaces del imperio:
¡dónde están los niños!

Si es verdad que las heridas
lloran gotas de respuestas rotas, el aire
es espada que destroza la mano que la empuña.

¿Porqué Joumana los verdugos
cuando todo pedía por el canto?

¡Dónde están los niños!
¿Junto a los huesos de sus padres en las cárceles
y los centros de tortura?
¿Bajo la lluvia de plomo a mansalva?
¿En las orillas de las ciudades sitiadas por el odio?

Las mismas bombas que una vez y otra
se repiten imbéciles, ciegamente imbéciles
sobre plazas, mercados, aulas y cocinas,
sobre los niños del Líbano y Palestina,

sobre todas las conciencias
también caen ahora sobre mi casa. 



Gabriel Impaglione


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miércoles, 3 de junio de 2015

Alegria de José Hierro



Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
un misterioso sol amanecía.

Era alegría la mañana fría
y el viento loco y cálido que embiste.
( Alma que verdes primaveras viste
maravillosamente se rompía. )

Así la siento más. Al cielo apunto
y me responde cuando le pregunto
con dolor tras dolor para mi herida.

Y mientras se ilumina mi cabeza
ruego por el que he sido en la tristeza
a las divinidades de la vida.



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martes, 2 de junio de 2015

Manuel Acuña

El Pájaro


En el silencio transparente
el día reposaba:
la transparencia del espacio
era la transparencia del silencio.
La inmóvil luz del cielo sosegaba
el crecimiento de las yerbas.
Los bichos de la tierra, entre las piedras,
bajo la luz idéntica, eran piedras.
El tiempo en el minuto se saciaba.
En la quietud absorta
se consumaba el mediodía.
Y un pájaro cantó, delgada flecha.
Pecho de plata herido vibró el cielo,
se movieron las hojas,
las yerbas despertaron...
Y sentí que la muerte era una flecha
que no se sabe quién dispara
y en un abrir los ojos nos morimos.